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Guía para no perderse entre la realidad virtual aumentada y mixta

Hoy estrenamos esta sección de RADAR con esta pequeña guía para novatos en las tecnologías inmersivas: realidad virtual, aumentada y mixta.

Guía para no perderse entre la realidad virtual, aumentada y mixta.

Por lo general, empresas, y personas físicas (nuestros clientes) conocen en parte lo que es la realidad aumentada y la realidad aumentada integrada. Básicamente por los “filtros” o porque han visto algo en las redes, como el fenómeno Shasha. Más que nada porque alguna vez se han echado una risas usándolos, o han visto a los pequeños de la casa entretenerse con ellos. Los más avezados habrán investigado un poco el tema, ya sea porque trabajan en una agencia, les interesa el marketing digital o, en general, les gusta saber por dónde andan las tendencias tecnológicas.

 

Pero, ¿Qué es esto de los filtros y cómo funcionan los filtros de realidad aumentada/mixta?

Lo primero y principal es tratar de diferenciar las tecnologías. Existen varias definiciones y algunos debates académicos abiertos al respecto, pero por lo general se suele considerar que la realidad aumentada y la realidad virtual (las más conocidas) son básicamente capas digitales que ofrecen una experiencia inmersiva. La diferencia estriba en que en el caso de la realidad aumentada se trata de una experiencia inmersiva parcial, es decir, se añade una capa digital sobre el entorno real pero no lo cubre absolutamente, combinando lo que sea que estemos viendo con ese “añadido digital”. En la mayoría de casos la realidad aumentada requiere el uso de un dispositivo móvil: pokemon Go o los filtros de snapchat podrían servirnos como el clásico ejemplo de AR.

En cambio, en la realidad virtual la capa digital, el “mundo” en el que nos sumergimos, es absolutamente digital y cubre todo nuestro campo de visión. Se trata de un espacio o capa digital 360º, lo que nos permite caminar por él o interactuar con ese entorno, como ocurre en superventas de realidad virtual como el videojuego Super Hot o la experiencia Melita (de producción nacional). Estas experiencias de realidad virtual son sencillas de identificar porque el 100% de experiencias requiere de hardware, como un headset.“Gafas” de realidad virtual como las famosas Hololens , Meta Quest 2  (las más buscadas entre otras en regiones como Extremadura, Comunidad Valenciana, Cataluña, Comunidad de Madrid o las Islas Baleares y otras muchas de España) o las Pico, dispositivos de SONY que funcionan junto con la consola PlayStation o Valve Index.

 

 

 

 

Con esta primera gran división entre realidad aumentada y realidad virtual pasamos a la siguiente palabra que suena en el argot tecnológico y nos transporta a un futuro distópico: la realidad mixta.

Para aclarar al lector de una vez por todas, lo explicaremos de forma muy simple: la realidad mixta es el siguiente nivel de la realidad aumentada (la que era una capa digital que no envolvía 100% el entorno, sino que añadía algo sobre la realidad). Sí, la realidad aumentada y la realidad mixta son lo mismo, de hecho, muchos han dejado de usar la expresión aumentada para incluir todo bajo el mismo paraguas de la mixta.

Pero, ¿qué hace que la mixta sea superior? o ¿por qué se considera el siguiente nivel?

Bueno, la respuesta reside en que la mixta, al utilizar una tecnología más avanzada, ha permitido a la realidad aumentada convencional un mayor nivel de “profundidad” o inmersión en las experiencias. ¿Y cómo ocurre esto? Pues a través de dos sistemas:

– El tracking o detección de superficies y objetos

El tracking, (el dispositivo detecta mesas, suelos, paredes y objetos de un cierto volumen), de manera que al colocar un objeto se posiciona con realismo en el entorno, como se puede ver en este video.

– La oclusión

Que básicamente en función de esta “detección” tan precisa del entorno permite colocar un elemento digital, por ejemplo, una taza en 3D detrás de una botella real. La perspectiva natural de los objetos reales también se aplicará sobre nuestra taza digital, de tal forma que la botella real (que está delante) oculte la parte de la taza que no deberíamos ver, confiriéndole ese realismo y profundidad propio de los elementos físicos. De ahí la palabra mixta, puesto que en este tipo de experiencias los elementos digitales se “mixtean” a la perfección con el entorno real, dándole esa profundidad e inmersión a nuestra experiencia.

 

Los dispositivos más conocidos, junto con los nuevos avances en telefonía móvil, son gafas (pero ojo, diferentes a las de realidad virtual) como las Hololens o Magic leap (Que han tenido algunos problemas que ya comentaremos en otro post), que nos permiten ver a través de ellas a la vez que usamos nuestro entorno real para vivir la experiencia de realidad mixta. O sea, tenemos gafas, pero no son como las de realidad virtual que cubren toda nuestra vista, sino que vemos la experiencia a través de ellas.

 

Y para terminar, ¿qué es la realidad aumentada o mixta integrada?

Pues se trata, ni más ni menos, que de realidad aumentada o mixta integrada dentro de una App de uso común, generalmente redes sociales. Los pioneros en este campo fueron los americanos de Snapchat, seguidos de cerca por su principal competidor Instagram, Wechat (el Whatsapp chino) y otras tantas como Tik Tok. Esto nos lleva a los filtros, que son experiencias de realidad aumentada integradas dentro de nuestras redes sociales favoritas, y que nos permiten ponernos orejitas de perro, saber qué personaje de Friends somos o jugar a dar toques a un balón digital.

 

Pero, ¿qué más se puede hacer con las realidades inmersivas integradas? ¿Qué secretos esconden? ¿Por donde va la tendencia? Muy pronto en el siguiente post: más allá de los filtros.